El gol de Velázquez sobre el final enmudeció a todos. Pero en tiempo cumplido,  el goleador Gastón Caprari apareció para desatar la alegría en Concepción y marcar el gol de la victoria en el último suspiro. El Gato le dio el triunfo 2-1 a San Martín sobre Instituto. El Verdinegro recuperó la confianza y la sonrisa después de tres fechas sin victorias. Como siempre, San Martín sufrió hasta el final para poder desahogarse. Los nervios y la presión a ganar no lo dejó definir el partido antes, porque el equipo de Azconzábal mereció el triunfo de principio a fin. Orden y paciencia, fueron las premisas de un equipo que parece ir encontrando de a poco la idea de juego. “A dos toques”, fueron los gritos del Vasco durante todo el partido. Fue el libreto del DT, que le está lavando la cabeza a un equipo muy sufrido. En el primer tiempo San Martín generó al menos 15 remates de larga distancia y eso también fue positivo. Ojalá este triunfo sirva para que finalmente este nuevo San Martín despegue de una vez por todas en su camino a Primera. Bogado y González, fueron las figuras de la cancha, los que más se sacrificaron. En el inicio del encuentro ambos tuvieron varios situaciones de gol, que pasaron cerca. Vizcarra en su vuelta al primer equipo mostró sacrificio y lucha, le faltó el gol. El Verdinegro tuvo una gran virtud que lo llevó al gol: Tranquilidad. Nunca se apresuró y abusó de los pelotazos, siempre intentó ir por abajo. Le costó, pero hizo madurar la idea del Vasco. Ardente solo tuvo una intervención de un pobre Instituto, que poco mostró para estar peleando arriba. Caprari se comió un gol solo debajo del arco, su remate dio en el travesaño. Al instante a Mattia se la sacaron en la línea.

En el complemento San Martín no bajó la intensidad, siguió presionando, un desgaste que de a poco fue sintiendo. Es por eso que La Gloria por momentos se adueñó de la pelota, pero sin ser demasiado peligroso. También se debió al gran trabajo de Ledesma y Mattia, dos leones en la defensa. Bogado insistió de larga distancia y Chiarini la mandó al córner. Hasta que a los 21’ llegó el alivio. Tras una gran jugada de Bogado, Álvarez asistió a González, que encaró, se sacó a un defensor de encima y ante la salida de Chiarini definió cruzado para renacer la alegría en Concepción, 1-0. La presión a no perder lo llevó al Verdinegro a refugiarse demasiado. Instituto fue y sobre la hora consiguió el empate tras un cabezazo de González. Parecía que el mundo se venía abajo, tras un gol inesperado que derrumbó al Verdinegro. Pero sobre la hora vino el grito sagrado, tras una bomba de Vizcarra, que Chiarini no pudo contener. Luego en el rebote el Gato Caprari estuvo allí con los ojos bien abiertos para mandar la pelota al fondo de la red y gritar victoria al fin. Un gol que revive las esperanzas y la ilusión. Un gol que levanta al equipo después de la caída ante Defensa, un gol que lo vuelve a poner de pie.