Este Independiente está lejos de aquel River para recorrer el complicado camino a primera
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Este Independiente está lejos de aquel River para recorrer el complicado camino a primera

En su primera temporada en el fútbol del ascenso, el conjunto de Avellaneda conforma una plantilla a la medida de sus posibilidades, que carece de la jerarquía individual que tuvo River en la tortuosa temporada que lo llevó de vuelta a la máxima categoría.

Por Nicolás Di Pasqua


Cuando River Plate, dos temporadas atrás, comenzaba el peregrinaje hacia la redención ante Chacarita Juniors en el Estadio Monumental de Nuñez, desconocía las dificultades que estaban por venir en un torneo donde, a pesar de su consagración como campeón y su inmediata vuelta a la máxima categoría del fútbol argentino, no la pasó para nada bien.

River contaba, a priori, con un talento individual que no dejaba dudas del mediocampo hacia delante y que, en los momentos claves del torneo, marcaría la diferencia ante los laboriosos rivales que le han hecho pasar cuantiosos sobresaltos.

Si repasamos aquellos nombres nos daremos cuenta de las diferencias entre aquel River de Almeyda y este Independiente que hoy está a punto de desandar ese tortuoso camino que significa el Nacional B para este tipo de equipos.

Promesas nacientes como Ocampos y Cirigliano, Carlos Sánchez, que había sido figura en Godoy Cruz, Leonardo Ponzio con la jerarquía del pasado en el fútbol europeo, Cavenaghi y el  "chori" Domínguez que inmediatamente regresaron al fútbol del viejo continente y, como frutilla del postre, David Trezeguet, campeón de Europa y del Mundo con Francia que viajó especialmente para ayudar a River en el camino de vuelta a Primera, conformaban un plantel poderoso en la ofensiva para un "millonario" obligado a salir a ganar desde el primer minuto en todas las canchas.

Pero River olvido algo que le costaría varios dolores de cabeza. Los rivales, avisados de las necesidades del "millonario", le cerraban todos los caminos interiores para regalarle el balón a los marcadores laterales del conjunto de Almeyda que, con escasa vocación ofensiva, terminaban chocando contra los mediocampistas externos o enviando centros imprecisos que los delanteros debían convertir, con mucho esfuerzo, en posibilidades de gol.

Independiente tendrá las mismas necesidades que River en la búsqueda de resultados y probablemente los mismos problemas cuando los que vienen de atrás deban involucrarse en la ofensiva ante los ordenados rivales que utilizarán el paso del tiempo como su principal aliado pero además carece de la jerarquía ofensiva individual que aportaban aquellos distinguidos jugadores al River de Matías Almeyda.

Montenegro, el jugador de mayor jerarquía, ya no es aquel enganche explosivo de otras épocas y necesita mayor compañía para obtener réditos de su clase indiscutible. Pero lo que lo rodea no entrega un panorama demasiado alentador.

En el medio de la cancha, Martín Zapata es el jugador con mayores posibilidades de darle una mano al "rolfi" con sus incursiones en ataque. Zapata tiene buen pie, pisa el área rival y tiene un excelente remate de media distancia que será fundamental, tanto como el de Montenegro, cuando las defensas rivales se cierren en los alrededores del área propia.

Ni Mancuello, ni Fredes, ni mucho menos Razzotti y Alderete, son jugadores que puedan aportar demasiado en ataque. Los dos primeros son volantes con dinámica pero con poca trascendencia en los metros finales y los dos últimos se ocupan mayormente de la contención aunque pueden ofrecer una correcta salida desde el fondo y una distribución del balón a buen destino lejos del área rival.

Puede vislumbrarse una luz de esperanza en la llegada, desde Chacarita, de Matías Pisano pero deberá entender a la perfección la situación por la que pasa Independiente para no caer en el individualismo y adaptarse a cumplir un papel secundario.

Arriba, Caicedo deberá aprender a jugar en mucho menos espacio del que tenía en Primera División, Penco, con vasta experiencia en la categoría, dependerá de lo que Independiente pueda hacer por los costados, que no parece ser demasiado y Menéndez es un delantero que promete más de lo que realmente finaliza.

El delantero más confiable, por lo menos dentro de lo que se pudo ver en la etapa final del torneo de Primera División, es el chico Adrián Fernández, que también puede sufrir la falta de espacios pero parece tener más armas que Caicedo para acomodarse a la nueva situación ya que denota un importante olfato goleador.

El resto del andamiaje ofensivo se circunscribe a una gran cantidad de chicos que deberá, primero, afrontar el peso de la debacle de Independiente y de la responsabilidad de volver a llevarlo al lugar que le corresponde.

Desde atrás, Independiente cuenta con jugadores de experiencia que no le podrán aportar juego pero tendrán la obligación de llevar el equipo hacia el arco contrario y, si es posible, abrir más de un partido en jugadas de pelota parada. Tanto Tula, como Velázquez o Morel Rodríguez tienen el carácter y las condiciones para hacerlo, pero no deberán desbocarse y tendrán que tener la paciencia y la inteligencia futbolística necesaria para identificar el momento correcto para hacerse presentes en el área rival sin desguarnecer el propio ante adversarios que esperarán el mínimo descuido defensivo de Independiente para trasladar sus esquemas cautelosos al campo contrario y pegar el golpe de nocaut al equipo de Brindisi.

Como corolario, el escenario del torneo es para Independiente mucho más complicado que el que le tocó afrontar a River en 2011-12. Una posibilidad menos de ascenso con la quita de una promoción para asegurar tres ascensos directos y cuatro descensos, que obligan a la gran mayoría de los clubes que pelean de la mitad para abajo a armar planteles competitivos para no sufrir en el final de la temporada, conforman un cóctel de problemas  al que Independiente deberá encontrarle solución con muchas menos armas que River en un torneo que promete ser mucho más parejo que aquel.

Brindisi tendrá mucho trabajo para tratar de encontrar los caminos que lleven esta historia a un final feliz. ¿Lo logrará?





Foto gentileza: www.diariouno.com.ar