Despertó justo a tiempo
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Despertó justo a tiempo

Atlético Tucumán recuperó la sonrisa ganándole 1-0 a Independiente Rivadavia. El Decano está segundo, a uno de Crucero y parece haber reaccionado a tiempo para no perder terreno. (Foto: La Gaceta)

Por Santiago Ré

LA CLAVE: 
Los ingresos de Gómez, Díaz y Sbuttoni fueron vitales para el gol que terminó encontrando el Decano cerca del final.

QUE HICIERON
ATLÉTICO TUCUMÁN: 
Con retoques en la hasta ahora habitual formación, ya que Max e Imbert jugaron en lugar de García y Giménez que presentaron bajos rendimientos en las últimas fechas. Se lo vio con muchas ganas aunque poco ordenado, si bien Lucchetti y la defensa respondieron bien (aunque de forma poco ortodoxa muchas veces) el rival se las ingenió para complicarlo y pudo haberle hecho pasar un mal momento en más de una ocasión. En el primer tiempo hubo casi la misma cantidad de llegadas para ambos bandos, por el lado de Atlético se destacan: un tiro desde mitad de cancha, un cabezazo que paso cerca del palo derecho de Ayala y un remate desde afuera del área que se estrelló contra el palo izquierdo del ex arquero de Boca; todas estas ocasiones las generó el Pulga Rodríguez, también hubo una jugada en la que Garnier con poco ángulo pudo haber abierto el marcador.   
En la segunda etapa Grahl conectó un buen cabezazo pero Ayala pudo contenerlo y después de eso, hasta el ingreso de Gómez y Díaz (Sbuttoni ya estaba en cancha), no inquietó a los mendozinos. Con los cambios, el esquema 4-4-2 cambió a 3-4-3 con Casais o Garnier haciendo de cuarto stopper según la jugada rival. A los 81´ Sbuttoni fue al suelo para salvar una pelota que se iba al lateral cerca del arco de Ayala y le permitió a Menendez recibir solo ese balón e ingresar al área pegado a la línea de fondo, el polaco se la tocó a Rodriguez que le pegó al arco y tras un rebote Leandro Díaz la empujó a la red para liquidar la historia.

INDEPENDIENTE RIVADAVIA: 
Vino a ganar sabiendo que eso significaba entrar a los puestos de ascenso pero también teniendo en cuenta que un empate no era un mal resultado tampoco. Jugó mucho al pelotazo y apostó a las bandas donde Rearte y Perez fueron sus referentes ofensivos. Las primeras llegadas que tuvo fueron mediante cabezazos que no inquietaron mucho a Lucchetti, González Vega complicaba siempre que le lanzaban un bombazo desde la defensa pero de alguna u otra manera Bianchi y Malagueño se las arreglaron para que no pudiera aprovechar ninguna. Entre las jugadas más destacadas de la primera etapa figuran un tiro de Pérez que contuvo Lucchetti, un remate de Rearte que reventó el palo derecho del Laucha, y una jugada donde Castorino le robó la pelota a Max y remató junto al palo izquierdo desaprovechando una situación inmejorable.
En la segunda mitad se quedó y dejó que su rival se hiciera cargo del partido, se dedicó a defender y atacó con poca gente y sin suerte. Los ingresos de Gautier y Lorenzo en la ofensiva no pudieron cambiar la situación, seguía apostando al pelotazo y sus delanteros seguían chocando contra una firme defensa. Finalmente le terminaron convirtiendo y se quedó sin nada por haberse dormido en la segunda etapa. No hubo tiempo para más.

EL PANTALLAZO
La gente de Atlético preparó un banderazo en la puerta del hotel donde concentran los jugadores habitualmente, desde allí los hinchas acompañaron en caravana al ómnibus que transportaba al equipo de Rivoira por el centro de la ciudad hasta el estadio. Una vez que comenzó el partido con un gran marco de gente, se prendieron las bengalas apoyadas en las bases de las tribunas y tiñeron de celeste y blanco el ambiente.
Cuando rondaban los 20 minutos del primer tiempo, se cortaron las luces de los reflectores y el estadio quedó iluminado por la pantalla LED de la tribuna Chile y los miles de flash de celular que se encendieron para entonar más fuerte que nunca en el partido los cantos como “Los pibes todos de la cabeza en 25 de Mayo […] toda la ciudad se paraliza cuando juega el Decano […] Todo 25 será carnaval y hasta volver a primera no vamo’ a parar”. La luz regresó pero el mismo incidente volvió a ocurrir en el entretiempo, haciendo así que el partido terminara media hora más tarde de lo esperado. En general se alentó a los jugadores locales dejando de lado los reclamos, salvo en un par de fallos de Pompei y cuando Francisco Grahl salió reemplazado y recibió silbidos en lugar de aplausos por sus reiteradas flojas actuaciones.
Por ultimo resaltar un momento en el que Rearte, jugador de Independiente, empujó a Rivoira por no dejarlo sacar rápidamente un lateral y terminó desencadenando una serie de empujones entre jugadores de los dos equipos y la intervención de los cuerpos técnicos y terna arbitral para separar lo que hubiese significado una pelea entre los 22 protagonistas.

ATLÉTICO TUCUMÁN 1: Lucchetti (6); Bianchi (6), Malagueño (7), Casáis (6) y Evangelista (5)(45’ Sbuttoni 8); Max (6)(55’ Gómez 7), Garnier (6), Grahl (4)(70’ Diaz) e Imbert (5); Rodríguez (6) y Menéndez (6). DT: Rivoira. Suplentes: Calviño, Giménez, Etevenaux y García.
INDEPENDIENTE RIVADAVIA 0:  Ayala (7), García (6), Agüero (6), Parísi (5) y Podestá (5); Guerra (5), Pérez (7)(73’ Lorenzo), Rearte (7) y Coronel (4)(83’ Modón); Castorino (4)(60’ Gautier 6) y González Vega (5). DT: Garnero. Suplentes: Scapparonni, Caballero, Villarreal y Lucero

Jugado el 24 de octubre
Goles: 81’ Díaz
Árbitro: Juan Pablo Pompei (5)
Cancha: Atlético Tucumán (buena)
Público: 24.000
Resultado Moral: Atlético Tucumán 2 – 1 Independiente Rivadavia