Sportivo Barracas: Ya lo fastidia tanto el hecho de jugar en la cancha de Liniers que hasta pone un equipo especial para ir allí, tal como aquellos técnicos sudamericanos que preparan un equipo solo para jugar en la altura. Arrancó bien, intentando abrir la cancha con Nicolás López veloz y enchufado, y la colaboración de Tapia y Discenza, todo apuntalado por la inteligencia de Cabello. Tuvo a favor un penal (que no pareció mano) y lo aprovechó. Y ahí se empezó a complicar por causa del viento y la fervorosa presión españolista. Nunca encontró la vía para liquidarlo y se terminó conformando con el 1 a 0, que vale los mismos tres puntos que cualquier otra victoria.