LA CLAVE: En un partido que parecía de ajedrez y con similares esquemas de 4-4-1-1, los cordobeses fueron mucho más dinámicos y circularon mejor con y sin pelota.

Instituto: Lo que parecía un equipo plagado de volantes que no prometía demasiado, pasó a ser una buena demostración de fútbol y llegada. La Gloria superó a Dálmine en todos los aspectos, desde la solidaridad de Gotti que se anotó entre las figuras del partido sin haber hecho un gol, hasta las trepadas de Yabale u Orfano. Para liquidar el partido contó con un segundo tiempo estelar de Guido Mainero, con quien van a soñar toda la semana tanto Zamponi como Demaio, e incluso el desconcierto local fue parte del segundo gol ya que de un rebote desafortunado en Alonso, el citado Mainero quedó con la pelota y todo el arco para él para que convierta. Muy buena actuación para dejar atrás una semana convulsionada por la ida de Delfino y los malos resultados anteriores.