Cernadas mandó a todos para adentro mientras las corridas se trasladaron al interior del estadio. Allí los miembros de la barra local quisieron llegar a hablar con los jefes del operativo, pero en el medio se trenzaron con infanterìa que hacía un pequeño cordón y hubo mas golpes y dos detonaciones. El jefe del operativo, comisario Battini, apeló al diálogo y comenzó a anunciarle a la gente que el partido no se jugaba. De a poco el público se desconcentró pero faltaba la charla entre la cúpula policial y el árbitro, de la que salió que habia garantías. Primero se pretendía jugarlo sin público, pero ya había muchos hinchas adentro, en especial en la zona de plateas. Por lo cual se dejó volver a ingresar a la gente y solo se filtró el regreso de la barra, que no colocó sus trapos ni se la vio hasta el segundo tiempo.