ATLANTA: Comienzo más que auspicioso de los conducidos por Alejandro Orfila en una tarde casi perfecta, a excepción del final del récord de imbatibilidad del golero Francisco Rago, de buena tarea cuando Independiente Rivadavia atacó. El "Bohemio" lo liquidó en un intenso y entretenido primer período -en el cual el referí Pablo Giménez obvió un penal por bando-, para luego redondear la goleada en el complemento. Casi en un mismo escalón sobresalieron las actuaciones del "Animal" Luis López, con su apetito goleador y reciclado en el que era antes de ser suplente en Tristán Suárez, junto a la gravitación de Fabricio Pedrozo, imparable por la banda izquierda y de tal influencia en la victoria al punto que señaló el primer gol y mandó los dos centros para el doblete de cabeza de López. El resto acompañó de manera regular casi sin puntos bajos. Pedrozo abrió bla cuenta con un disparo rasante luego de obtener el balón presionando y anticipando a un defensor. A los 40 una guapeada de Pedrozo en el extremo izquierdo culminó con el testazo que López conectó agachándose y que culminó con el balón ingresando al arco pidiendo permiso al manotear Aracena. Y sobre el cierre de la etapa, otra vez Pedrozo se mandó por izquierda y envió el centro al segundo palo que el Animal convirtió de palomita. En el segundo tiempo el local bajó un poco el acelerador, pero sin sufrir demasiado y con un Rago atento en las complicadas. La perlita de la tarde fue obra de Ochoa Giménez, quien con disparo a colocar la clavó allá arriba, adonde anidan las arañas.

INDEPENDIENTE RIVADAVIA: Supo reponerse de manera veloz de la rápida apertura del dueño de casa al anotar el empate un minuto después de la apertura tras un gran centro de Viguet para el cabezazo a un ángulo de Gonzalo Klusener, interrumpiendo de esta manera el largo e histórico invicto del arquero "Bohemio" Francisco Rago, cuya valla fue batida luego de 994 minutos. A los mendocinos les costó hacerse dueños del protagonismo, pero tampoco la pasaban tan mal e intentaba aferrarse a la contra, aunque en el fondo otorgaba pocas garantías. Por ello Atlanta desequilibró a una endeble última línea en el final de la etapa y en dos jugadas parecidas se fue al vestuario 1-3 abajo. En la segunda parte la visita intentó hacer el gasto pero careciendo de profundidad. Sin embargo logró generar dos chances claras que permitieron el lucimiento de Rago. Hasta que Ochoa Giménez sepultó las esperanzas de los cuyanos, que mostraron una notoria desmejoría respecto al equipo que llevó a cabo una gran campaña el torneo pasado en la entonces B Nacional.