Una vez cumplido su tan postergado ascenso, Estudiantes se manejó con la continuidad de Diego Martínez y un plantel bastante renovado en relación al que consiguió aquel logro. El arranque parecía complicado, con dos encuentros en el interior, pero el Pincha dio una prueba de carácter al ganar ambos con un hombre de menos en cancha. Eso potenció sus expectativas y fueron seis las victorias al hilo. Lo contraproducente fue que mientras tanto el equipo saltaba etapas en la Copa Argentina jugando prácticamente con el mismo equipo base y tanta adrenalina le jugó en contra para el final de la primera rueda. De todas formas logró volver a meterse en el certamen nacional, pero perdió distancia con los punteros.