No era el escenario ideal para Sacachispas el que proponía esta nueva temporada. El Lila venía con la mochila de un muy mal cierre del torneo anterior y, si bien se quitaban los promedios para esta temporada, no dejaba de ser algo preocupante para el Villero. Además de esto, la situación económica lo obligó a no traer incorporaciones de renombre, apostando a libres, préstamos de clubes de Primera y al ojo de Campodónico con jugadores que tuvo en Luján. Con el diario del lunes, casi ninguno fue un acierto (descolló en algunos partidos el arquero Mendive, y de los de campo Martínez y Falón cumplieron), y Sacachispas quedó rápidamente último y sin DT. Llegó Gabriel Rinaldi que trató de darle más solidez defensiva pero no pudo corregir los problemas, hasta que con el tercer entrenador, Eduardo Pizzo, Saca comenzó a disfrutar más seguido del cero en su arco y por ende sumar. A fuerza de empates, una única victoria y el bajón evidente de Fénix, logró emparejar al Aguila y seguir a dos de Colegiales.