LA CLAVE: La paciencia del local para buscar el empate y no caer en el nerviosismo de afuera.

VILLA DÁLMINE: Estaba estudiando a su rival y se encontró 0-1. Tocaba la pelota de un lado a otro, pero no tenía profundidad. La llave para abrir a su rival y lastimarlo la tenía Rizzi. Recién cuando se iba la primera etapa tuvo una chance clara en los pies de Sánchez y salvó Vega. Un par de caídas en el área visitante, encendieron el clima en la platea local contra el árbitro. Al minuto del segundo tiempo, Catriel Sánchez entró al área y vino el penal reclamado. Llegó la igualdad y fue por más. Recalde era un pulpo que raspaba, jugaba y contagiaba al resto. Sánchez iba a todas. Rizzi seguía perforando por la izquierda en sociedad con el picante Umeres. Tuvo dos claras para ganarlo pero Sánchez y García se toparon con Vega.

DEPORTIVO RIESTRA: De un pelotazo largo de Tovo, le llegó la chance a Gonzalo Bravo para poner el 1 a 0 con su habitual calidad. Al minuto de esto, Bruera casi le regala el segundo pero Brito no estuvo atento. Lo que vino después fue aguantar el resultado. Murillo parecía una muralla bien acompañado por el resto de la defensa. El problema radicaba que en lugar de jugar más rápido, trasladaba demasiado la pelota cuando tenía la chance de lastimar a su rival. El 1 a 1 no le modificó la postura. Nunca reaccionó para buscar el triunfo y sólo tuvo una chance en los pies de Gómez tras un error en la salida del local. Nada más. Dio la impresión que el ingreso del Bicho Rossi fue muy tardío.