QUILMES: Salió decidido a buscar el triunfo desde el pitazo inicial pero lo hizo con tanto vértigo. Por no serenarse, cometieron errores infantiles los defensores y sus volantes. Y por eso no extrañó que en la primera llegada, Alvarado lo lastimara, quedando abajo en el marcador. Luego del golpe, 10' más tarde, Pedro Fernández en vez de tirar al córner un centro solo manoteó y Facundo Pons concretó la justa igualdad. Apenas 5' después, un remate de Jonás Acevedo dio en el palo y le pegó en la espalda a Fernández, para adelantarse en el resultado. Cuando se moría el PT, otra vez se quedó sin reacción Rodrigo Saracho, cuando un tiro bien direccionado pero sin mucha potencia se le metió contra el palo. Con el 2-2 se fue al vestuario. Injusto porque el Cervecero había tenido el control del partido y el descontrol defensivo también.

En el comienzo del complemento, la misma historia se repitió. Quilmes salió en busca del triunfo con más vértigo y menos ideas. Y otra vez lo pagó caro porque a los 7' volvió a quedar abajo en el marcador, aunque dos minutos más tarde, por intermedio de un tiro de emboquillada de Julián Bonetto, lo empató. Sin embargo, siguió sin aprender la lección de lo que es jugar con mucho vértigo pero sin orden defensivo y volvió a recibir un gol, que esta vez, sería lapidario. Sobre el final, lo fue a buscar otra vez con los ingresos de Pavone, Anselmo, Matías Fernández y Tomás Blanco pero no hubo milagro ni empate. Derrota que lo hace retroceder en sus pretensiones.

ALVARADO: Llegó a Quilmes con un 4-4-1-1. Sufrió mucho en la zona defensiva por sus propias falencias, aunque de mitad de cancha en adelante mostró su mejor cara. Así fue el partido, de ida y vuelta, con la mitad de cancha como zona de transición para el equipo conducido por Walter Coyette. Tuvo en Marcos Astina a la figura del partido, autor de dos de los 4 goles de su equipo y partícipe también en los otros dos goles. Nunca renunció a ir en busca de la victoria para poder empezar a enderezar la campaña.