LA CLAVE: Va a ser fácil encontrarla. El gol que se perdió Franco Díaz tras una gran contra de Temperley. Hubiera sido el 1 a 0 en el mejor momento del Gasolero, que había conseguido, por un rato, neutralizar la diferencia de categoría.

TEMPERLEY: Arrancó pasándola decididamente mal y ya a los dos minutos había zafado milagrosamente. Con despliegue empezó a emparejar a su manera las acciones, y tanto se adelantaba Talleres que le regalaba espacios y tuvo dos acciones netas el equipo que vistió de amarillo: Allione en una no pudo terminar de resolver dentro del área y en la ya mencionada Franco Díaz, quizás el mejor jugador del Gasolero en esta temporada, la tiró insólitamente por arriba del travesaño. Entre los diez minutos finales del primer tiempo y los diez primeros de la segunda fue su instante fatal: Recibió los dos goles, se cargó de amonestados, y parecía que solo se limitaba a no soportar una goleada. Después pudo ir emparejando a su modo y achicó las cifras, pero no le quedó más resto para la hazaña. Ahora deberá repensar su momento porque solo le queda el torneo donde realmente está muy lejos y deberá esbozar una fuerte remontada, si quiere volver a ser partícipe de la Copa.

TALLERES (Córdoba): Era favorito pero además tenía la presión de demostrarlo. Bien arriba en la presión el clásico 4-2-3-1 del "Cacique" Medina, tanto que dejaba espacios atrás y algunos de los defensores lucían un poco apresurados. Pero esto quedaba en el olvido cuando participaban Auzqui y Michel Santos. El "perro" fue vital para abrir la cancha y el 9 se convirtió en un dilema para Bojanich especialmente. En cuanto destrabó el partido comenzó a trabajar con los cambios para prevenir algunos sustos, y si bien le descontaron no llegó a avivar fantasmas. Buen triunfo del que por resultados es el mejor equipo del fútbol argentino actual, más allá que sus formas dirigenciales a veces no seduzcan al futblero.