LA CLAVE: El orden constante de Argentino de Merlo. Siempre hubo alguien para recuperar la pelota o marcar a los principales hombres del rival. Así, le llegaron muy poco.

BERAZATEGUI: No funcionó como se esperaba. En la recta final se quedó sin gol y, también, le costó mucho llegar al arco rival. En el partido en que tendría que haberle cascoteado el rancho al adversario, solo llegó tres veces en 90 minutos. Jugadores importantes en este recorrido, como Pombo, Alan Visco o Kissner, no funcionaron. Dependió del trajinar de Smith y que se iluminara alguna vez Martinángeli. Precisamente Román, apenas iniciado el segundo tiempo, tuvo la más clara. El ingresado Nahuel Gómez, sobre el final, exigió a Oviedo. Poco más. Y telón para la temporada. Fracaso no es, porque deberá recordar cómo estaba en agosto. Pero sí frustración. Buenos números para Troncoso en lo global, otra vez, pero el equipo no le respondió en el momento cumbre.

ARGENTINO DE MERLO: Había merecido más en la ida, mucho más del 1 a 0, y en este partido si bien le costó generar situaciones, pudo trabajarlo para mantener lejos de su arco al rival y eso no fue poca cosa, obviamente. Con la movilidad de Scisci siempre mantuvo en vilo al local, la línea de cuatro funcionó bien y adelante se formó un grupo de volantes que tuvo doble tarea, no dejar espacio al local (esa la cumplió) y juntarse con los de más adelante (lo cual le costó). Pero no importó porque su objetivo lo consiguió con amplitud. Quizás con otro ADN, el de replegarse un poco más, dejando de lado el equipo goleador que tuvo toda la temporada, pero también consiguiendo ese cero en su arco que le faltó en la fase regular. También es realidad que por los buenos momentos de juego que regaló en algunos partidos, no es descabellado que haya tocado esta instancia.