LA CLAVE: Hubo dos por parte del local: El oportunismo de la primera media hora y el orden del resto del encuentro.

GENERAL LAMADRID: Iban 28 minutos y ya había dos acontecimientos rescatables en positivo: Ganaba dos a cero y aún no sabíamos como atajaba Anchoverri, lo que hablaba de una eficacia suprema. En su beneficio, podemos decir que tampoco Scurnik había trabajado de modo extremo, cumpliendo con seguridad pero sin grandes "uuuh". Ya con el 2 a 0 y anímicamente consolidado, los minutos fueron pasando, no tuvo apuros de importancia en lo que quedaba de juego, e incluso contó con algunas pocas para estirar la brecha. Ganó bien y sigue creciendo. Está metido de lleno en el pelotón tan parejo que quiere seguir luchando por el único ascenso que da esta increíble categoría versión 2022.

MIDLAND: Si bien trataba de respetar su esencia en el arranque y es indudable que la dupla le ha dado un estilo coherente en todas las canchas, contó con dos contras a su labor: Una desventaja rápida a la que no acostumbra y un ritmo de juego al que su rival le frenó. Como no pudo adaptarse a esa pausa que había a veces, y hace del vértigo bien aplicado un estilo de juego, no pudo volver a entrar en partido después del 0-2. No bastó con las variantes tácticas (los relevos no pudieron aportar mucho) ni con el sacrificio de los puntas que no hallaron la eficacia. Midland dejó su invicto de siete jornadas en el Enrique Sexto y el martes se juega media chance de Apertura cuando reciba al flamante líder Real Pilar.