LA CLAVE: Por muchos pasajes del partido se jugó al ritmo que quería Belgrano, aún cuando esto significara deslucir el encuentro.

QUILMES: Por primera vez en la temporada atravesaba un momento de alza anímica (9 de 12 y en carrera en la actual Copa Argentina), y salió a capitalizarlo con las ganas de Fede González y un buen primer tiempo de Axel Batista. El vértigo le duró un cuarto de hora y luego cayó en la telaraña rival. Para el segundo tiempo Coyette movió el banco para jugar con dos delanteros definidos de área, defender con tres y atacar por las bandas, pero si bien tuvo una chance clara (Novaretti salvó ante la presencia de Pavone y González), se expuso un poco y por eso su entrenador volvió a la línea de cuatro con la entrada de Erquiaga. Le faltó ese punch para llegar a torcer la línea de los merecimientos. 

BELGRANO: Había revertido un momento difícil con el triunfo ante Instituto, que le permitió volver a dominar la tabla con la comodidad que transitó todo ese segundo tercio de la competencia. Esa victoria además hizo que llegase a Quilmes con la calma de saber que hasta el empate era buen resultado. Si bien en el comienzo parecía que habría un ida y vuelta, después fue lentificando el juego y tratando de ganar el medio con el buen partido de Ramírez en la etapa inicial. Una vez amonestado el ex San Miguel y Flandria, ingresó Ariel Rojas y el "Chino" también tuvo buena dinámica. En un momento Farré sorprendió al meter a Susvielles, movida de piezas que le sirvió para presionar un poco más en la salida local y que no le inclinen la cancha. Punto inteligente si los hay, porque ahora está a un partido menos de la vuelta a Primera y, además, prepara el partido ante Godoy Cruz por los octavos de la Copa Argentina.