Juventud Antoniana (Salta)
La religión del fútbol salteño
El Centro Juventud Antoniana de Salta nació, hace exactamente 98 años, desde las entrañas mismas de las misiones Franciscanas arribadas a mediados del siglo XIX para convertirse en una pasión multitudinaria en la provincia.
Por Nicolás Di Pasqua (@nicodipasqua)
La mayoría de las historias de los clubes argentinos tienen algunos puntos en común en su etapa fundacional. La llegada de los ferrocarriles de la mano de los ingleses conocedores de un deporte que se hacía popular en Gran Bretaña y que plantaba sus raíces para seguir el mismo camino en nuestro país fue el primer motivo de peso para la fundación de gran cantidad de instituciones con equipos conformados en su mayoría por futbolistas de aquellas tierras. Ya iniciado el siglo pasado y hasta casi promediando el mismo, la razón principal fue el encuentro de un ámbito organizado para aquellos entusiastas futbolistas que habían hecho propia aquella novedad que había arribado en cientos de equipajes británicos.
El nacimiento del Centro Juventud Antoniana se produjo por un camino distinto y particular: el camino de la fe.
En 1856, en medio de la etapa de evangelización Franciscana que había reemplazado a los jesuitas expulsados por orden de la Corona Española en 1767, arribó al territorio salteño un grupo de sacerdotes, en su mayoría italianos, –los Franciscanos de Propaganda Fide- enviados con la finalidad de afianzar la actividad misionera y formar intelectual y espiritualmente a nuevos fieles por medio de una renovación espiritual de los propios frailes.
Aquella congregación dejó la semilla evangelizadora en los franciscanos de los Colegios Apostólicos del Norte que en 1913 comienzan a organizarse independientemente de aquella congregación de origen europeo.
Fue en el nacimiento de esta nueva etapa independiente que los Padres franciscanos instaron al guardián del Convento de San Francisco a solicitar al Obispo Gregorio Romero la autorización eclesiástica para la fundación de una institución que, por medio de la actividad deportiva y recreativa, se complementara con la misión evangelizadora.
La autorización del Obispo fue inmediata y el 6 de diciembre de 1915 llegó la notificación oficial con carácter de obligatoria desde Roma para poner en marcha el proyecto.
Con la autorización conseguida, comenzó un intenso reclutamiento de aquellos jóvenes fieles y de los propios funcionarios de la congregación para dar nacimiento a la nueva institución. Así, el 12 de enero de 1916, se organizó una reunión presidida por el ingeniero Alfonso Peralta que convirtió en una realidad al Centro Juventud Antoniana y coronó al citado ingeniero como el primer presidente de la institución.
Con la institución ya funcionando con actividades como danzas tradicionales y teatro, la necesidad de incluir al fútbol, actividad de creciente desarrollo en aquellos tiempos, se hizo presente y en 1917 se fundó el Club Atlético Juventud Antoniana que adquirió cierta autonomía del centro a partir de 1918 pero terminó fusionándose tiempo después para conformar una única entidad con la denominación inicial: Centro Juventud Antoniana.
En 1931 se inauguró el Estadio ‘Basílica Mayor’, conocido en la jerga propia como la ‘Lerma’ y años más tarde fue rebautizado como ‘Fray Honorato Pistoia’ en honor al sacerdote arribado de Italia a mediados del siglo y fallecido en 1987, que no solo fue un reconocido simpatizante del conjunto ‘Santo’ sino también uno de los más reconocidos funcionarios eclesiásticos del norte de nuestro país.
Allí se festejaron los 20 títulos locales conseguidos desde 1922 a la fecha, allí concurrieron los grandes del fútbol de Primera División en los seis Campeonatos Nacionales disputados por Juventud Antoniana entre 1971 y 1985 que convirtieron al ‘Santo’ en el primer equipo salteño en llegar a la máxima categoría, en esa casa se construyó gran parte del invicto de 44 partidos conseguido en la temporada 1988-89 en el torneo del interior, en ese estadio se gritaron los goles del ‘Pichi’ Velarde, del ‘Puma’ Garnica y de la ‘Ardilla’ Luis Rivero, se vivó a Ricardo Roldán, a Pablo de las Mercedes Cárdenas, al ‘Bichi’ Arancibia, a Luis Flores, a Nelson Marín, a Omar Vargas, a Olarte, a Boggio, a Iturrieta, a Valdiviezo y a tantos otros jugadores que dejaron su sello con la camiseta antoniana y construyeron aquella fe franciscana representada en el color marrón del escudo en una religión escrita con la pelota en los pies y la franja azul en el pecho.
A aquellos pioneros franciscanos y a los fieles que fueron construyendo la religión antoniana vaya nuestro más sincero saludo.
Feliz cumpleaños Juventud Antoniana