Guillermo Brown (Madryn)
Entre pelotas y ballenas
En una ciudad sostenida por el turismo y sus riquezas marítimas como Puerto Madryn se fundó, hace 69 años, el Club Social y Atlético Guillermo Brown. Revista Ascenso repasa brevemente su historia.
Por Nicolás Di Pasqua (@nicodipasqua)
Puerto Madryn es una bellísima ciudad costera ubicada en la Provincia de Chubut, en lo más profundo del Golfo Nuevo, uno de los dos golfos que conforman el extraordinario paisaje natural que presenta la Península Valdés.
La ciudad, fundada por un grupo de galeses en 1865 se ha sostenido y ha crecido en las últimas cuatro décadas a partir de la producción de aluminio y, fundamentalmente, del turismo que atrae una zona costera de extraordinaria belleza con espectáculos de excelencia como el avistaje de la ballena franca y una fauna marítima y aviar riquísima.
Brown nació cuando Puerto Madryn aún era una ciudad menos turística y más portuaria. Cuando la población no alcanzaba siquiera los 4.000 habitantes contra los casi 90.000 que hoy viven en la creciente ciudad chubutense.
Aquel 14 de enero de 1945, un grupo de personas organizadas por quien sería el primer presidente de la institución, José Ramón Furnillo, decidió fundar un club. El futuro presidente, Jefe de Sub Prefectura de Puerto Madryn eligió como denominación el nombre de su referente: el Almirante Guillermo Brown.
Así, hace 69 años, nacía el club que haría frente a su archirrival de siempre: el Deportivo. Curiosamente, el debut de Guillermo Brown en la naciente Liga del Valle de Chubut, inaugurada en año 1943, fue el 25 de mayo de 1945, nada más y nada menos que ante Deportivo Madryn. El triunfo de ‘La Banda’ por 6 a 3 dio el puntapié inicial a una rivalidad que no queda sólo en el ámbito del fútbol sino que se presenta con la misma fuerza en el básquet, la otra pasión madrynense.
Aquel día, el entrenador y vocal titular del club, José Antonio Codins, dispuso a Nárez; Pedro Victores y Elissalde; Sancha, Miura y Vargas; Reyero, López, Coto, Santarrosa y Manrique como los once héroes del exitoso debut.
Poco hubo que esperar hasta que Brown consiguiera el primer título local. En 1947, la ‘banda’ obtuvo el primero de los trece títulos de la Liga de Fútbol del Valle de Chubut que lo mantienen en el quinto lugar entre los máximos ganadores del certamen.
Sin embargo, las últimas dos décadas fueron las que vieron a Guillermo Brown crecer más que nunca. De aquel campo de juego de tierra del estadio Raúl Conti al actual césped que hoy alberga los encuentros del Torneo Argentino A y que supo recibir a River Plate y a Los Pumas parece haber una eternidad, pero esa es una pequeña muestra de lo que ha crecido Brown desde finales de los años ochenta hasta hoy. Aquel viejo estadio con capacidad para 8.000 espectadores y pocas comodidades fundado en el aniversario número 22 de la institución, se convirtió en un coqueto estadio para 15.000 almas a partir de la reforma realizada en 2006.
La década pasada fue, sin dudas, la más fructífera a nivel deportivo. Brown de la mano del actual entrenador, Luis Murúa, consiguió, el 11 de mayo de 2003, el ascenso al Torneo Argentino A tras derrotar a Gimnasia y Esgrima de Mendoza por 1 a 0 en Madryn con gol de Néstor Jones a dos minutos del final del encuentro y consagrarse campeón invicto del torneo aprovechando el empate a dos goles de la ida.
En 2007 estuvo a un paso del ascenso a la Primera B Nacional tras ganar el Torneo Apertura pero una polémica final ante Independiente Rivadavia de Mendoza –antes con la eliminación de Sportivo Desamparados por supuesto arreglo de un partido ante San Martín de Mendoza y durante el partido con un arbitraje bastante desfavorable a Brown en el juego de revancha- que los mendocinos ganaron por penales tras caer en Puerto Madryn por 1 a 0 y ganar como local por 2 a 1. Tampoco se dio en la promoción ante Ben Hur de Rafaela con caídas en Madryn por 1 a 0 y en Rafaela por 3 a 0 luego del duro golpe de la injusta derrota en Mendoza.
Por fin, el 14 de mayo de 2011, Adrián Beníto y Diego Giménez le dieron a Brown, el triunfo por 2 a 0 ante Huracán de Tres Arroyos que, no sólo lo consagraba campeón del Argentino A 2010-11, sino que le otorgaba una plaza en el Nacional B por primera vez en su historia.
Algunos resultados resonantes en su paso por la segunda categoría de nuestro futbol como el empate en dos tantos en Arroyito ante Rosario Central, el triunfo ante Chacarita por 2 a 1 en San Martín, la victoria por 2 a 0 frente a Gimnasia en Jujuy, el empate en el Ducó ante Huracán, la goleada por 5 a 2 recibiendo a Chacarita en Madryn, el 6 a 3 a domicilio ante Boca Unidos de Corrientes y, fundamentalmente, el empate 2 a 2 conseguido sobre el final del partido ante River Plate en el mismísimo estadio Monumental de Nuñez, contrastaron con una campaña insuficiente para mantener la categoría que lo condenó a un duelo de promoción ante Crucero del Norte que determinó el descenso de Brown tras un empate sin goles en casa y una derrota por la mínima diferencia en las lejanas tierras misioneras.
El regreso al Argentino A y la reestructuración del equipo a un presupuesto más bajo casi terminan en otro descenso que logró eludir gracias a un oportuno gol de Juan Manuel Tévez cuando finalizaba el suplementario del partido de promoción ante Alumni de Villa María en la ciudad de Tres Arroyos.
Hoy, ya restituido de aquella debacle, lucha por ingresar en la pelea por el regreso al nacional B mientras ve llegar a los turistas para una nueva temporada veraniega.
Brown ha crecido como su ciudad natal. Aquella que hace 69 años le daba nacimiento desde el mar que hoy lo sostiene.
Hoy los turistas que llegan a Puerto Madryn, entre avistajes de ballenas, pingüinos y lobos marinos, reconocen a ese club que le hizo frente a River, al único club de aquella hermosa ciudad patagónica que superó las fronteras de los torneos argentinos para codearse con los grandes, a ese club que fue bandera de un pueblo más allá de las rivalidades locales, a ese club que incrustó a Puerto Madryn en el mapa futbolístico argentino.
Ese club es Guillermo Brown y hoy cumple 69 años.
Salud!