LA CLAVE: Quilmes no lo supo definir en los 20 minutos iniciales.

QUILMES: Se encontró con la ventaja a los 3 minutos, casi sin proponérselo con un mal rechazo rival y gol en contra. No lo pudo liquidar en la primera media hora de juego donde tuvo otras dos chances, con Colman y con Federico González. De a poco fue perdiendo esa presión y asedio e, involuntariamente, pensaba más en Boca que en su adversario en cancha. Ya empatando, y más allá de los buenos ingresos de Bonetto y Moreno, solo llegó con centros frontales que eran fácilmente rechazados por la defensa rival, y para hacer más difícil el partido comenzó a dejar huecos en su propio campo que obligaban a salvadas de Glellel. Final, y con los sucesivos malos resultados del final de torneo (alcanzó cuatro partidos sin ganar) la ilusión del Reducido se le desdibujó por completo. Quedó a cinco puntos, faltan dos fechas, si ganan Chacarita o Morón la brecha se alarga a seis, tiene equipos en el medio y siquiera lo favorece la diferencia de gol.

ALMAGRO: Llegó a Quilmes sabiendo que debía sumar para conservar esa brecha que tiene sobre los de abajo, ya que hace muchísimas fechas que se estableció en la zona de Reducido para nunca más salir. Con el correr de los minutos fue saliendo de la presión rival, potenciando sus virtudes y disimulando sus falencias. Convirtió en el momento clave, para irse al descanso empatado, y después no tuvo problemas para llevarse algo de Quilmes. Si Chacarita y Morón no ganan, clasifica directamente el lunes al minitorneo.