Con el envión a cuestas de la final con Barracas que lo tuvo a un paso de ascender, Quilmes se armó con muchas pretensiones, pero el equipo no tuvo el andar esperado al mando de Leandro Benítez. En el comienzo tuvo una seguidilla de empates que conspiraba contra sus aspiraciones y que lo dejó prácticamente afuera del campeonato. La dirigencia tuvo que moverse para buscar un reemplazante cuando pensaban transitar todo el torneo con el "Chino". El que llegó fue Walter Gastón Coyette, encargado de conducir a un "Cervecero" que en Copa Argentina se iba metiendo en instancias claves a fuerza de penales, pero que por el torneo nunca entraba en calor para luchar por la clasificación. Siguió resignando puntos como local y tampoco era una garantía como visitante. Faltando cuatro o cinco fechas su suerte ya estaba echada y cerró el torneo sin posibilidades de meterse entre los 13 primeros. Sabor a poco y que obligará a un nuevo timonazo, ahora con Mario Sciaqua.