Si bien la meta de Villa San Carlos era jugar el Reducido y lo logró con total comodidad, pocos eran tal vez los que se lo imaginaban de cara a otra final y otra chance de llegar al Nacional, pocos años después de aquel ascenso del 2019 ante Excursionistas. Pero entre idas y vueltas, un equipo armado con la base de históricos más algún refuerzo trascendental como Lucas Licht (el "Bochi" realmente hizo diferencia en la categoría), el Celeste se fue acomodando sin problemas en el lote de los 10 de arriba. Que le faltó peso para pelear alguna de las ruedas, puede ser. Pero que sacó la cara en todos los momentos en que parecía que la temporada se le complicaba, también. En el Reducido sufrió ante Talleres y lo pasó en una maratón de penales. Después ganó ante Acassuso, contra el que después de mucho tiempo cosechó todos los puntos del año. En semifinales dio un golpe con un golazo olímpico de Licht para desbancar a Comunicaciones. Pero no pudo resolver la final ante CADU, quedando como mayor déficit su falta de protagonismo en la revancha, donde priorizó lo económico jugando en cancha de Gimnasia. Deja bases sentadas desde su regreso como para creer que no debería volver a sufrir con la permanencia. Aunque deberá hacer bien el recambio generacional con el retiro paulatino de los héroes de la última década Villera.