LA CLAVE: La lógica diferencia de categoría, que hizo que en los momentos que Huracán pisaba el acelerador se hiciera inalcanzable.

HURACAN: Es uno de los equipos del momento en Primera División y encaró el compromiso con total seriedad, sin regalar nada. Más allá que el penal errado en su primer avance fue ciertamente un golpe y que por momentos caía en una meseta, las individualidades le daban la chance de diferenciarse. Se puso 2 a 0 y parecía que ya tenía todo en el bolsillo, pero a un equipo con propuesta ofensiva como este de Dabove le falta ajustar tuercas atrás y hasta no sorprendió la manera en que su modesto rival descontó. El triunfo desde las situaciones nunca corrió peligro, mas le faltaba liquidarlo y por eso tiró a Cóccaro y Mazzantti como carta fuerte para definirlo. Llegaron dos goles por decantación y cumplió con la meta. No es poco, venía de dos eliminaciones ante equipos de categoría inferior. Ahora va por el torneo de la Liga Profesional porque, después de mucho tiempo, parece tener con qué pelearlo.

YUPANQUI: Noche inolvidable desde lo emocional, donde pareció una posibilidad de seguir la fiesta por el histórico ascenso. En lo futbolístico, lógicamente superado, con una diferencia que parecía muy grande por momentos, pero que de a poquito la fue licuando en la medida de lo posible. Para que se entienda, no estuvo cerca de empatar, pero tampoco cerca de la goleada histórica en contra. Se vio un buen trabajo táctico de pelota parada y las ganas de pedir la pelota siempre de sus jugadores. La natural exigencia de haber jugado 90 minutos intensos contra un equipo grande, no tendrá que notarse el lunes cuando enfrente al gran candidato de la C, Claypole, en su segundo compromiso por dicho certamen.