LA CLAVE: Dos: El arranque intenso del Mirasol y las respuestas de Ramiro Martínez en el resto de la tarde.

ALMIRANTE BROWN: Lo primero que tiene para evaluar es, lógicamente, la victoria conseguida que renueva las expectativas. Después habrá que mirar el cómo llegó a ella: Con un arranque importante, porque presionaba bien, lo dejaba a San Telmo metido en su campo, y por eso no extrañó el gol de Barrionuevo a la salida de un corner. El envión lo sostenía y estaba para aumentar la diferencia, pero luego tuvo algunos minutos preocupantes: Perdía el medio en el ítem marca, en juego ni los García ni los Zacaría llegaban a abastecer a los puntas, y aparecieron varias llegadas de San Telmo. En el segundo tiempo logró, si se quiere, planchar el partido e impedir tantas situaciones de la visita. El "ping pong" de la etapa resulta parejo y hasta podría haberlo liquidado si Bazán no erraba el mano a mano que erró. Conformó desde el resultado, el rendimiento queda en deuda, pero los puntos que no se ganan ahora, después no se recuperan así nomás.

SAN TELMO: Pagó caro regalar un cuarto de hora, cosa que en este tipo de categorías tan competitivas después no se puede revertir tan fácil. Cuando Delgado comenzó a moverse por todo el frente de ataque era difícil de parar, y Ramiro Luna también tuvo mucha actividad volcado sobre la derecha. Si no era por el arquero local lo empataba tranquilamente. Pero el tren de la igualdad ya no pasaría con tanta frecuencia en el segundo tiempo. Terminó arriesgando más de la cuenta la pelota en algunas salidas y eso hizo que en un balón dividido se quedara con diez. La mala racha de visitante es una continuación del torneo anterior, pero Fabián Lisa parece haber encontrado algunas cosas propias de "su equipo" ya que en el torneo pasado había tomado un plantel ya armado.