LA CLAVE: El planteo táctico de Dálmine. Tener línea de cinco no representa ser defensivo, y el elenco de Pancho Martínez lastimó por afuera con las subidas de los carrileros, que podía pensarse que eran defensivos y terminaron siendo grandes atacantes.

VILLA DALMINE: Tiene un plantel modesto, pero que si gana en convencimiento puede tener más seguido partidos como este. En todo momento dio la sensación de ser más que su rival, y supo planchar esos lógicos minutos de confusión después del descuento del "Lechero". Los goles llegaron por afuera, el primero buena pelota que filtró Molina para una diagonal bárbara por izquierda de Luciano Maidana. En el segundo, Gonzalo Groba abrió para Pereyra y este tiró un centro sensacional para que Molina la empujara de arremetida. Todo esto sin contar los innumerables desbordes para que tanto Alvarez como Oliva sueñen con sus rivales. En la segunda parte bajó un poco el ritmo, pero le sonó el despertador a tiempo, lo liquidó con otro exquisito pase de Francisco Molina, esta vez a Pulicastro, y en el final se prestó a un palo y palo bárbaro. Aplausos merecidos.

TRISTAN SUAREZ: Varios ítems, y no solo los resultados, marcan lo que es el comienzo de esta campaña: La cantidad de goles recibidos, no poder sostenerse en los primeros tiempos, hasta el tema de haber utilizado ya a los tres arqueros, marcan el desconcierto de un equipo que se armó con nombres importantísimos. De las "estrellas", Jesús Dátolo está mostrando un gran compromiso y un talento intacto que lo erigió como lo único rescatable de un equipo sin alma en la primera parte, y con un intento de reacción pero poca profundidad en la segunda. Probó con remates de afuera (así descontó), mejoró un poco con los cambios, pero no llegó a disfrutar esa chance de meterse en partidos. Con números rojos por donde se lo mire, deberá recuperarse sí o sí en casa ante Maipú si no quiere pasarla muy mal desde temprano.