Una vida entre algodones
 Flandria Flandria

Una vida entre algodones

El ´Canario’, nacido a partir del entusiasmo de un grupo de empleados de la Algodonera Flandria, cumple 73 años dentro de una actualidad que no es la mejor. Revista Ascenso recorre brevemente la historia de un club que es bandera de un pueblo

Por Nicolás Di Pasqua  (@nicodipasqua)

Corrían los últimos años de la década del 20 del siglo pasado cuando un empresario algodonero de origen belga eligió unas tierras de la zona oeste del Gran Buenos Aires, situadas dentro de lo que hoy es el partido de Luján, para establecer su fábrica y crear un espacio que permita una identificación total de su gente con la misma.

Aquel empresario, Jules Steverlynck, había arribado al país en 1924 como enviado familiar para continuar con el comercio algodonero directamente en Argentina, país al cual sus padres exportaban tejidos de algodón desde su tierra natal hasta una reforma impositiva que determinó un gravamen de importancia a la importación de tejidos como parte de una estrategia del gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear para industrializar la nación.

La intención del empresario por generar una identificación del personal con la empresa lo llevó a crear un barrio para las familias de sus trabajadores al tiempo que le otorgaba condiciones de trabajo muy favorables para aquellos tiempos.
Así, aquellas tierras que originalmente se denominaban José María Jáuregui, en honor al fundador de un molino harinero a orillas del rio Luján, se convirtió en la mitad sureña de Villa Flandria, un pueblo que creció y se formó alrededor del crecimiento de la algodonera.
Entre aquellos beneficios que el empresario europeo otorgaba a los trabajadores de la fábrica se encontraba la posibilidad de jugar al fútbol en una cancha ubicada en el sector de hilandería de la fábrica. Ese detalle fue el germen inicial que propició, casi dos décadas después, el nacimiento del Club Social y Deportivo Flandria.

En 1940, los empleados de la algodonera comenzaron a utilizar el nuevo campo  de deportes construido en una estancia de la zona para luego conformar un equipo de fútbol al que llamarían Flandria que comenzó a participar en la Liga Lujanense de Fútbol.
Con todo esto, el 9 de febrero de 1941, en una reunión realizada en el salón RerumNovarum, se sentaron las bases de la naciente institución que quedaron refrendadas un par de meses más tarde con la confección de la primera comisión directiva de la entidad con José Delesie como presidente y el establecimiento del estatuto del club.

Luego de acordar su ingreso al fútbol de AFA, tras dejar la Liga Lujanense, Flandria debutó en la Cuarta  División -Tercera de Ascenso- con un triunfo por 5  a 3 sobre Alumni de Villa Urquiza  haciendo como local en la cancha de Almagro.
En 1952, Flandria consigue su primer ascenso tras una campaña extraordinaria en la que sumó 32 unidades con quince triunfos, dos empates y una sola derrota ante su escolta, Justo José de Urquiza, en la tercera fecha del certamen.

Ya haciendo de local en su nuevo estadio Carlos V, inaugurado el 9 de julio de 1960, Flandria consigue en 1972 el ascenso a la máxima categoría de ascenso –en aquel momento la Primera B- tras derrotar en un desempate por el segundo puesto a Sarmiento de Junín en cancha de ferro Carril Oeste por 3 a 1.

En 1979 desciende a Primera C y recién regresa  a Primera B –ya para entonces tercera categoría de AFA- en la temporada 1997-98, tras superar en la final del torneo a Ituzaingó por 3 a 0 en la ida y  2 a 0 en la vuelta de la serie entre los dos campeones de la temporada.

Desde aquel ascenso conseguido de la mano de Omar Santorelli hasta hoy, con un presente muy complicado que lo tiene en el fondo de la tabla de posiciones de la categoría y con serio riesgo de descenso, Flandria se mantuvo en la segunda categoría de ascenso donde actualmente lucha  por  permanecer.
Hoy Flandria cumple 73 años como símbolo inequívoco  de un lugar que hoy extraña aquellos tiempos de gloria de la desaparecida algodonera  que le dio vida y sustento a una zona casi virgen.  Esas banderas amarillas y negras recuerdan los colores de aquella fábrica que generó esta historia y que aún vive en el alma de cada simpatizante ‘Canario’.

Feliz cumpleaños Flandria!!!