LA CLAVE: El "si hubiera entrado esa...." aplica al partido, porque Tristán tuvo varias de "esas" en la primera parte, pero dejó pasar el momento. Independiente, si bien también erró mucho, no perdonó en la primera llegada concreta.

TRISTÁN SUÁREZ: Más allá que queda claro que en buena parte del primer tiempo mereció mejor suerte, el desconcierto es total. Ya no hay titulares indiscutidos, de los apellidos que más espalda tienen para esta situación varios van al banco, en el medio termina debutando un chico de la sexta con un contexto totalmente desfavorable, y si bien es verdad que se le puede achacar a la falta de definición irse al descanso perdiendo cuando mereció más, también hay que decir que del medio para atrás hace todo lo posible para seguir siendo la defensa más vulnerada. La sucesión de errores de los cuatro del fondo lo terminó de liquidar a un equipo que no parece encontrar respuestas ni adentro ni afuera, que cerca está de tocar fondo (nadie quiere pensar lo que sería una derrota en Resistencia) y que nuevamente vuelve a poner en juego la historia del cero descenso que es su orgullo existencial. De todos modos, Gabriel Di Noia fue ratificado.

INDEPENDIENTE RIVADAVIA: El líder tiene un plantel algo corto que por distintas causas no contó con algunos titulares, pero la idea está clara, toca con una fluidez poco vista, la pelota nunca va por el aire, Abecasis y Elordi son dos tractores por la banda, lo de Ham es descomunal en el medio y Maxi González, reemplazante de Tonetto, se acopló bien en este partido. Brian Sánchez fue otro que aprovechó su ingreso a la titularidad y si el paraguayo Arce no estaba extrañamente errático, el Azul liquidaba el partido antes, luego de haberla pasado mal en ese vertiginoso comienzo. Eso sí, con el 2 a 0 quedó en evidencia que no había más pleito.