Como cada torneo, se vio un equipo de Guillermo Brown muy renovado y apostando a jugadores con poco rodaje en otros equipos, pero a su vez agregando algunos referentes importantes para la divisional. Esta vez, de esas apuestas el más destacado fue Martín Pino, que fue uno de los principales goleadores del ascenso. El comienzo de la "Banda" se mostró escaso de triunfos, pero dos al hilo como visitante (paradójicamente, los únicos de la temporada), lo alejaron del fondo. Parecía que tendría un andar tranquilo por mitad de tabla, pero le cayeron encima dos problemas: Las ocho fechas sin ganar y el incidente ante Defensores de Belgrano como local, que no solo le costó dar por perdido un encuentro que podría haber remontado, sino la pérdida de tres puntos vitales por un descuento. Gastón Esmerado, involucrado en el incidente, se fue, y tras el interinato de Javier Rodas asumió Leonardo Lemos. Con el ex Defensores al mando, Brown tuvo casi el 100% de eficacia en el Conti (solo igualó ante San Telmo, a quien le levantó el partido sobre la hora), y a pesar que de visitante no pudo ganar, esa mecánica de ganar uno de cada dos promedio, lo fue alejando de los últimos. Tal es así que mantuvo la categoría la penúltima fecha. Termina siendo un balance positivo, y deberá buscar la tónica para poder animarse a un poco más.