LA CLAVE: La vuelta del entretiempo donde Lamadrid consiguió los dos goles que no solo le dieron aire en el partido para sobrellevarlo sino que fueron los que resolvieron en su favor el Apertura.

ATLAS: Jugó un gran partido. Durante el torneo mostró virtudes clarísimas desde el juego ofensivo, ya que siempre buscó el arco de enfrente en todas las canchas. En este encuentro quizás dejó pasar su mejor momento, con un Vergara imparable, pero encontró la ventaja de penal cuando el trámite ya se había emparejado. Como le vino pasando, también fue vulnerable atrás y quedó 1-2. La fuerza de voluntad le permitió empatar en la segunda instancia de una pelota parada merced a la pierna derecha de Nico Pardo, y el marrón ahí tuvo 10 o 15 minutos donde se lo llevó puesto sin conseguir una victoria que quizás merecía.

GENERAL LAMADRID: Después de tanto remar se había encontrado con esta inmejorable chance de quedarse con el Apertura. Por eso se lo vio tenso y no fue la misma cara de anteriores presentaciones. Le faltó algo más de presencia en el medio y los volantes de Atlas pasaron a ser un dilema. Pero como le vino pasando en algunos partidos de la temporada, la segunda parte lo encontró mejor. En cinco minutos ya había remontado la historia y se codeaba con el torneo. Con el empate (pareció posición adelantada), terminó atorado contra Acosta que supo responder en la misma tarde donde cayó su record de 803´. Recién en el tiempo adicional pudo respirar y jugar en campo rival para saborear una consagración justa por la paridad en sus desempeños, porque fue el que no hizo diferencia entre una mitad y otra de torneo y siempre sumó en consecuencia, que nunca pasó más de dos partidos sin lograr una victoria y que creyó en todo momento que podía alcanzar a un rival de excelente comienzo.