BANFIELD:  Intentó tener buen juego, pero no lo desplegó como se debía, concluyendo en insinuaciones sin ser ocasiones de gol. Jugar con tres en el fondo benefició a su rival, que aprovechó y le marcó en dos llegadas. Salió en la parte parte final, respetando el mismo esquema: 3-3-1-3. Un gol que perdió la visita lo hizo revivir anímicamente, dándose cuenta que no todo estaba terminado. Con garra, actitud y perseverancia, sobre todo, se fue al área Roja a lastimarlo con centros y llegadas al gol, empatándolo en seis minutos. Intentó buscarlo siempre, pero un penal en contra, 2-3 y vuelta a empezar. Fue a la lanza con centros que morían en manos de Rodríguez. El tiempo se iba, pero en el descuento apareció, cuando el panorama se ponía feo, Salcedo para igualar el pleito y darle justicia al marcador. Noir tuvo la última,  dos minutos después, pero su tiro dio en el palo derecho. Ganó un punto en el balance final.
INDEPENDIENTE:  Para reír y llorar al mismo tiempo. La zona ofensiva cumplió con creces, lo mismo que los carrileros, pero defendiendo fue un sinfin de dudas a replantear. El golazo de Fredes -floja respuesta de Bologna- abrió un encuentro en el cual el gol de alguna manera llegaría por parte de ambos. Penco, en la otra llegada, marcó el 2-0. Todo parecía tranquilo, pero el propio Penco perdió un gol imposible ante un Banfield jugadísimo, que hubiese puesto fin al partido. No fue así, ese golpe lo sintió y el local se lo empató rápidamente. Cuando elaboró una jugada colectiva de contra, se encontró con un penal que su arquero Rodríguez convirtió y, de nuevo, el resultado a su favor. Pago caró aguantar el resultado sin siquiera aprovechar la contra, y eso fue perjudicial porque el Taladro con empuje  se lo igualó, y casi lo pierde, pero el palo fue su suerte. Seis sin ganar y, con la salvedad que sus inmediatos perseguidores dejan puntos en el camino, lo cual aún lo mantiene en zona de ascenso, no deberá descuidarse.