Hasta las manos
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Hasta las manos

Los arqueros impidieron que Brown y Huracán pudieran sacarse diferencias en Adrogué. El punto no le sirve a ninguno. Es que el local necesita sumar de a tres para despegarse de la parte baja de la tabla de promedios, mientras que la visita sigue lejos de la zona de ascenso. (Foto: Daniel Méndez)

Por Germán Balcarce  (@germanbalcarce)

LA CLAVE: Matías Giordano se lució con varias atajadas decisivas y Marcos Díaz, en menor medida, hizo lo propio del otro lado. Las situaciones de gol fueron muy claras, pero la explicación del empate sin goles estuvo en las manos de cada guardavalla.

QUÉ HICIERON
BROWN: al principio, sufrió los embates del Globo. Sin embargo, salió ileso y comenzó a inquietar. Martín Fabro hizo su habitual aporte desequilibrante desde la derecha. En el otro costado, sucedió lo propio cuando Facundo Lemmo se proyectó. La pelota se le fue larga en su primera incursión, mientras que sobre el final de la etapa inicial provocó que el travesaño temblara, tras un cabezazo. Arriba, tanto Jeremías Caggiano como Mariano Guerreiro se quedaron con el grito atragantado, producto del buen rendimiento del arquero quemero. La mayor virtud del dueño de casa fue la salida rápida, mediante un cóctel imbatible como el de la precisión en velocidad. De todas formas, en el complemento no logró repetir el trabajo ofensivo y ni siquiera pudo enderezar el rumbo a través de los cambios.
HURACÁN: Matías Defederico comenzó la tarde encendido, a puro desequilibrio y agilidad. Estuvo cerca de abrir la cuenta en un mano a mano, pero Giordano anticipó que tendría una jornada imbatible. Ramón Abila luchó siempre e inquietó a los defensores locales, aunque careció de puntería en la definición. Las pinceladas de Cristian Espinoza y Gonzalo Martínez, amparados en el trabajo de Lucas Villarruel para hacerse patrón del medio campo, también generaron llegadas. Sin embargo, el conjunto de Parque Patricios chocó contra su ineficacia. Y cuando fue apuntó bien, se encontró con el arquero del Tricolor. Más allá de la leve superioridad del segundo tiempo, el Globo exhibió una producción ofensiva que dependió exclusivamente de sus individualidades, a diferencia de su rival. La igualdad fue insuficiente para aproximarse a las ubicaciones de vanguardia.

EL PANTALLAZO
En total, luego de que mucha gente ingresara con el partido empezado, alrededor de 2.500 almas vistieron de rojo, celeste y negro al estadio Lorenzo Arandilla. Unas 40 banderas decoraron los alambrados (entre ellas, "Pensando en Brown siempre") y cuatro de palo flamearon durante toda la tarde. Además, hubo algunos tirantes y aliento constante, al compás de bombos y redoblantes. El recibimiento fue muy bueno, apelando a serpentinas gruesos, cantando por otra jornada histórica, teniendo en cuenta el adversario de turno: "Es una tarde de sol, no se la vaya a perder / Juega el Tricolor, juega en Adrogué". Un grupo de fanáticos vendió rifas, de manera exitosa (el 854 se hizo acreedor de una camiseta autografiada), para ir a Catamarca cuando el conjunto de Pablo Vicó se enfrente a Villa Cubas. Más allá del apoyo mediante varios hits, también hubo estrofas dedicadas a la amistad del Quemero con el Gasolero. "El que no salta es del Cele y Huracán" y "Globo, botón (2) / Sos amigo de Temperley, la pu... madre que te parió". Pero lo más destacado ocurrió cuando los hinchas ingeniosos de siempre aprovecharon para gastar a los jugadores visitantes. Hasta dio la sensación de que estudiaron sus respectivas carreras para que la artillería fuera certera. ¿Ejemplos? Abila fue acusado de sobrepeso: "Largá los Serenito, gordo pu...". El 10 visitante también sintió el rigor del Ascenso: "¡Cómo triunfaste, Defederico!". A Eduardo Domínguez le echaron en cara el hecho de ser yerno de Carlos Bianchi, así como la carrera más resonante de Federico: "Sos la sombra de tu hermano, y eso que es un muerto el hijo de pu...". ¿Chiche? Fue víctima por su nariz prominente y una incursión en ataque: "Bien, Arano, habilidoso... Andá a la pu... que te parió, forro". Y como sus botines eran rosas, recibió más cargadas: "Se los choreaste a tu mujer". Otro que no se salvó, debido a que tuvo un inolvidable arbitraje perjudicial en el Reducido de 1999, contra San Telmo, fue Federico Beligoy. Al salir, recibió una catarata de insultos: "Chorro, hijo de pu..., te suspendieron un año". En una jugada le reclamaron penal. Inmediatamente, un simpatizante se dio vuelta para mirar al relator Julián Bricco, que tuvo una excelente predisposición para ver la reiteración y asegurarle que fue "mano casual". En el entretiempo, unos 20 hinchas se quejaron desde la calle, portón de por medio, ya que no pudieron entrar al estar sin carnet. Discutieron con la Policía, aunque sin problemas. La despedida de la gente, a pesar del 0-0, fue con aplausos. De Huracán, entre allegados y periodistas partidarios, 100 personas en la zona de alambrados cercana a la cancha auxiliar. Quedaron expuestos cuando hubo chances de gol desperdiciadas, pero no tuvieron ningún tipo de inconveniente

BROWN (Adrogue) 0: Giordano (8); Barbosa (5)A(80' Cortave), Echeverría (6), Soto (5), Lemmo (6)(A); Fabro (6)(77' Enrique), Villamayor (5), Adrián Maidana (6), Sproat (6); Guerreiro (5) y Caggiano (5)(69' Juan Manuel García). DT: Pablo Vicó. Suplentes: Burtovoy, Pereyra, García y Miranda.
HURACAN 0: Díaz (7); Mandarino (4), Mancinelli (5)(A), Domínguez (5), Arano (5); Cuesta (5)(A), Villarruel (6)(77' Gallegos); Cristian Espinoza (5)A(84' Villafañez), Defederico (5), Gonzalo Martínez (5)(54' Caruso 5); Abila (5). DT: Frank Kudelka. Suplentes: Monzón, Zaragoza, Lucas Sosa y Arraya. 

Jugado el 29 de marzo
Árbitro: Federico Beligoy (6). Debería haberle mostrado la segunda amarilla a Víctor Cuesta. En el resto de las acciones, buena tarea.
Cancha: Brown (Muy Buena) 
Público: 2.600 
Resultado Moral: Brown 2- Huracán 2