Por Fernando Prieto  (@ferprietoeof)

LA CLAVE: El planteo inteligente de Franzoni. A pesar del resultado favorable de la ida, Español siempre estuvo más cerca del gol que Cambaceres. Muy firme atrás, le cerró los espacios a su rival, que nunca supo cómo incomodar a Cabral.

QUE HICIERON
DEFENSORES DE CAMBACERES: Nunca le encontró la vuelta al partido. La solidez de su rival lo redujo a tibios intentos, casi todos ellos por intermedio de centros que fueron bien resueltos por la última línea españolista. Quiso en todo momento, pero simplemente no pudo. En el arranque hizo retrasar a Español, pero no pudo lastimar por los costados. Ni Vinaccia ni Ricardo González gravitaron, ya que prácticamente no pudieron ganarle nunca a sus marcadores de punta. Es que en el "mano a mano", los hombres del Gallego se impusieron a lo largo de toda la tarde. Apenas algún que otro remate de Carrasco de media distancia hizo revolcar a Cabral. En el segundo tiempo, con las agujas del reloj jugándole en su contra, intentó con el empuje de Brian Martínez, prácticamente el único abanderado de los avances de Camba. Pero hasta ahí nomás llegaba el local. Porque nuevamente la visita le cerró bien los espacios, lo ahogó apenas cruzó mitad de cancha y, a excepción de un cabezazo que pasó muy cerca, no inquietó a Cabral. Luchó como pudo ante un rival que fue muy inteligente y que lo superó en toda la tarde. No hay reproches para este equipo, y así lo demostraron los aplausos de sus hinchas.

DEPORTIVO ESPAÑOL: Defendió la ventaja de la ida de la manera más segura: muy lejos de Cabral. Desde la sobriedad que le aportaron los tres del fondo (soberbio lo de Lobos en el primer tiempo y lo de Arrúa en el segundo), más la colaboración de los volantes, no dejaron pensar ni actuar a los hombres de arriba de Cambaceres. Pero a una gran seguridad a la hora de defender, le agregó salida rápida para los tres de arriba, que complicaron durante buena parte del PT. Con un Amarilla inspirado, Español estuvo cerca de desnivelar en la primera media hora, pero le faltó precisión en la puntada final. Quizás le faltó aporte de parte de Romero (muy errático) y Frangipane (reemplazó rápidamente a Chiquilito, pero no gravitó). Restaba saber lo que haría en el complemento, con Cambaceres teniendo que jugarse el todo por el todo, y si bien de a ratos se retrasó, logró tener al local bastante lejos de su arco. De haber sido un poco más ambicioso, lo hubiera liquidado antes, pero cuando Amarilla se quedó sin piernas prácticamente no volvió a inquietar al muy seguro Arias Navarro. En el final defendió en su área, pero con una sobriedad admirable a la hora de despejar todo peligro. Tuvo se merecida revancha tras la final perdida con Fénix el año pasado, y logró, tras un duro paso por la C donde hasta llegó a pelear el descenso, volver a una categoría bastante más acorde a su rica historia.

EL PANTALLAZO
Ni el día ni el estadio ayudaron a la convocatoria del Rojo de Ensenada. Un lunes laborable a la tarde, y el hecho de haber tenido que salir de su reducto, le sacaron convocatoria. Sin embargo, unos 3.800 coparon popular (la que usan los socios de Gimnasia) y la platea. En el alambre se exhibieron 35 banderas como "Punta Lara", "Nacho", "K-chete ídolo", "Bº Regatas es de Camba" y "Los pibes de Villa Rubencito pte.", entre otras. La barra llegó en dos colectivos y un mini-bus, aportando tirantes y dos sombrillas. Muy buen recibimiento al equipo. Buen aliento, aunque casi siempre partió de la barra, sin tanto acompañamiento del resto de los sectores. El repertorio fue bastante variado, con "Cambaceres no me importa lo que digan, los de Berisso, la Policía/ por Cambaceres, yo doy la vida" y "Cuando yo me muera, no quiero llanto ni pena prefiero que se me vele envuelto en una bandera...". Al final del PT y al inicio del ST, entonaron "A ver si nos entendemos, los jugadores y la popular/ ustedes mátense en la cancha que acá en las tribunas los vamo´ a alentar/ Pongan más huevo, pongan más corazón como ponemos nosotro´ en el tablón/ dejamos todo sólo por ver esta camiseta...". Sobre el final creció el aliento con "El que no salta es un Villero", y ya sobre el pitazo final sonó el "Rojo, Rojo de mi vida, vos sos la alegría de mi corazón...". Despedida con "Rojo, mi buen amigo..." y con una catarata de aplausos tanto desde la popular como desde la platea. De Español, 54 en el corralito de platea al lado de la tribuna visitante. Vivieron el partido en silencio, aunque en el final festejaron con los jugadores, que se colgaron al alambrado.