Pasajeros de una pesadilla
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Pasajeros de una pesadilla

El cuadrangular en Mar del Plata no le dejó un lindo recuerdo a Atlas, más bien todo lo contrario. Una institución grande como Alvarado resultó muy chica a nivel organizativo, y todo estuvo atado con alambre desde el vamos. (Foto: Diego Ariel Berrutti, www.0223.com.ar)

Por Sebastián Crosta

   La idea resultaba tentadora a simple vista. Atlas iba a jugar un minitorneo internacional en la ciudad Feliz, en el estadio José María Minella y ante rivales que, para su actualidad, le servían como exigente medida. Para esto la delegación se dirigió, en dos combis, a Mar del Plata.

   El cuadrangular lo jugaban Alvarado (organizador), Kimberley, el ¨Marrón¨ y Deportivo Municipal de Perú. Para el público asistente se dispuso de abonos a 150 pesos, con opción a cualquier sector del estadio, para ver los 4 encuentros. Caro por donde se lo mire, pero igual 800 personas se acercaron a ver el primer encuentro (jueves), donde Kimberley le ganó 1 a 0 a Alvarado. Resultado que dispararía una serie de desprolijidades.

   Cuando se iba a jugar el segundo partido (viernes), entre Atlas y Municipal, llegó el primer sacudón para los organizadores. El EMDER, titular del estadio, advirtió que ante los pronósticos incluso de nieve, no iba a permitir que el domingo se usara la cancha en dos partidos. Esto hizo que empezara el tira y afloje. Alvarado quería, como organizador y necesitado de recaudar (iban a poner a la venta entradas especiales para ver un partido solo a menor costo), jugar ese encuentro. Pero Municipal se plantó y exigió jugar sí o sí en el mundialista como se les había prometido. Por lo cual se ¨decretó¨ que organizadores y peruanos jugarían el domingo, sin saber como salían los incaicos. El árbitro, en otro dislate más, hizo patear penales tras el 0 a 0 (no servían para nada), dando una anecdótica victoria de Municipal por ese ítem.

   Entró en acción la liga marplatense, reprendiendo por carta a Alvarado (está sancionado y en el Argentino A debe jugar sin público al inicio), por haber organizado un amistoso sin cobertura policial (solo había menos de 10 uniformados), y anunciado esto por todos los medios, como para ¨avivar¨ al APREVIDE. La Policía también recogió la perdiz y le impuso a Alvarado un operativo de 100 agentes para organizar el encuentro, que quedó suspendido. Mientras que Kimberley y Atlas jugarían en cancha de Nación, todo esto pura y exclusivamente por los buenos oficios de David Larrosa, vice de Atlas y a cargo de la delegación, que gestionó con los dirigentes de Alvarado para que le recomienden otro estadio. Fue el mismo Larrosa que tuvo que organizar, a escondidas y sin que nadie se entere, un Alvarado Municipal como preliminar para que los peruanos al menos jueguen, que es para lo que vinieron, y convencer a los limeños para que vayan a jugar a la precaria cancha de Nación. El preliminar no fue anunciado por ningún medio, para ahuyentar la presencia de público alguno, y así con dos empates en 1 se cerró el fallido minitorneo, que ya estaba suspendido.

A Atlas lo alojaron en un hostel donde no había calefacción para noches de térmicas bajo cero, los almuerzos y cenas eran una vez que lo hubiera hecho Municipal, por lo que el plantel de Atlas comía en horarios raros como 16 y 24 hs. Todo muy lejos de lo prometido y la gente del club de Malvinas se fue más que defraudada.