LA CLAVE: Fénix, concentrado y respetando a rajatabla un planteo que priorizó orden y sorpresa, justificó claramente el triunfo mientras estuvieron once contra once. Luego, todo quedaría librado a la falta absoluta de ideas de su rival.

Atlanta: En los primeros cinco minutos había ingresado a campo rival y hasta tentado a la suerte con algún centro, pero se fue pinchando al no aparecer ni Rojas ni Sciorilli para darle fútbol. Solo probó con las constantes corridas de Puch, pero le costó hacer pie en una cancha en mal estado, que igual no es excusa porque por momentos le faltó ese fuego sagrado para ir por el empate, y de eso no tiene la culpa el piso. Solo un avance neto de peligro en la parte final. Ahora se le viene el clásico y deberá dar un giro de 180 grados.