Los tres empates conseguidos no han sido malos resultados si uno observa el juego del equipo, pero queda claro que el equipo de Finarolli aún no ha enfrentado a los equipos con mayores opciones para pelear arriba, salvo el caso de Estudiantes, del que se esperaba mucho más pero naufraga en un rendimiento tanto o más preocupante que el de Nueva Chicago.

Son pocas las cuestiones rescatables dentro del andamiaje construido por Mario Finarolli: la seguridad de Nicolás Tauber en el arco que el sábado último ha evitado, en una par de intervenciones ante Yassogna, que el empate preocupante se convierta en una derrota agobiante, la buena actuación de Carlos Farías, un volante central con muy buen manejo y gran ubicación que acompaña en el centro del mediocampo a Bochi pero que debería ganar protagonismo acercándose más a Christian Gómez, el hombre mentalmente capaz de organizar juego que, a sus 38 años, continúa mostrando pinceladas de su talento y alguna intervención de  Montenegro pivoteando en la puerta del área rival.

En defensa, si bien no sufrió demasiado en la zona central ante un peso pesado como Delorte, corre riesgo cuando el rival lo ataca por afuera. Estudiantes no supo aprovechar los espacios que quedaron a espaldas de Scifo y Ronconi y las pocas veces que lo hizo le creó problemas a una defensa central que debe abrirse demasiado para cubrir los espacios sin que lleguen los relevos desde el mediocampo.

En el medio, Romero ocupó bien los espacios libres por izquierda pero fue buscado pocas veces mientras estuvo en el campo antes de salir lesionado. El ingreso de Scifo modificó la mitad de la cancha pasando Ronconi al sector izquierdo para que Scifo ocupe su lugar por derecha. El primero es pura voluntad pero  no mostró la claridad necesaria para ser socio de Peyran y Gómez, quizá perjudicado por el cambio de perfil. Al segundo le llegó bastante el balón pero fue absolutamente intrascendente hasta el punto de exasperar el ánimo del público local.

Bochi tuvo una actuación correcta, aunque junto a Farías dejaron algún espacio libre a su espalda que no fue explotado por Britos, poco buscado por debajo por la tentación que Delorte genera al juego aéreo.

El juego de salida, cuando pudo llevarse a cabo por el paupérrimo estado del campo de juego que, muchas veces, obligaba a los defensores a buscar por arriba a Montenegro, fue muy bien administrado por Farías, pero Finarolli deberá encontrar una opción para encontrar solución rápida si el buen mediocampista central es presionado por el rival.

En la creación, Gómez está demasiado sólo y el retroceso en demasía de Peyran le impide aprovechar su velocidad a excepción de algún contragolpe que pueda generarse. El delantero, retrocede hasta la mitad de la cancha y desaprovecha la diferencia que puede hacer en el uno contra uno de frente al arco dejando en soledad a Montenegro como único punta que debe redoblar su esfuerzo peleando contra los dos centrales rivales en inferioridad numérica y con pocas posibilidades de descarga.

Nueva Chicago, en las condiciones actuales, dependerá de algún contragolpe certero que pueda nacer de los pies de Gómez o de Farías aprovechando la velocidad de Peyran y el olfato goleador de Montenegro para tener chance de alcanzar una victoria. El sábado no logró siquiera aprovechar la superioridad numérica de los últimos quince minutos, tras la expulsión infantil de Britos, para desbordar a un limitado Estudiantes.

Lo bueno del caso es que, sin conseguir un funcionamiento aceptable en las tres jornadas disputadas, aún no perdió y los tres empates sirven, aunque más no sea, para posicionarse en la mitad de la tabla y no alejarse tanto en puntos como lo está en el nivel futbolístico de los equipos de equipos como Los Andes o Platense.

El torneo es largo y el tiempo juega a favor de Finarolli que deberá buscar soluciones, como la interesante actuación de Emanuel FernandesFrancou en los pocos minutos que jugó, para darle mayor peso ofensivo al Torito que haga crecer sus posibilidades de éxito y sus chances de ascenso a la B Nacional.