Con experiencia y juventud, Chacarita es Nacional
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Con experiencia y juventud, Chacarita es Nacional

(Adelanto) Tras una segunda rueda inolvidable en la que consiguió 26 de los 30 puntos, el Funebrero se consagró y recupera la divisional que perdió hace dos años y medio. (Foto: Mara García)

Producto de una remontada para no olvidar, Chacarita se quedó con el ascenso en este torneo de transición, logrando dejar la categoría en el momento justo.

En los 3 maratónicos meses que pasaron entre aquel 3 a 1 a Español y este 1 a 0 a Dálmine, hubo cosas que quedaron en claro. El pueblo Tricolor le había renovado el crédito al equipo luego de dos campañas totalmente flojas para lo que se supone que debe ser Chaca. Y los jugadores que podían ser apuntados con el dedo por muy veteranos y dudarse de su condición, como Damián Manso o Víctor Zapata, iban a empezar a responder.

El camino contó con un par de triunfos en el arranque, entre ellos el clásico en Villa Crespo, un empate contra el que era candidato de todos (Tristán) y un 1 a 0 muy pero muy deslucido ante Colegiales. Las alarmas se encendieron rápido, cuando el equipo dejó de producir y perdió partidos muy lamentados en su momento, contra Fénix en condición de local y ante un Estudiantes que en aquel momento arrasaba con todo. A esto hubo que sumarle dos empates ante ¨los Brown¨. Ya había sido historia el paso de Itabel y llegaba alguien con el mismo perfil bajo: Aníbal Biggeri.

Quien integrara el plantel campeón de 1994 como suplente de Manolo Arrabal, comenzó a trabajar y le dio su impronta al equipo. Fortaleció un planteo super ofensivo, con Melivilo y Rosso arrancando de atrás, con Manso generando fútbol y el Chapu Bordacahar arriba,. Y estos cuatro, a su manera, fueron los cuatro fantásticos. Hasta el destino le hizo un guiño a Aníbal. No olvidemos que en su debut ante Merlo, un 0 a 0 parcial se podía haber quebrado con un penal fallado por el Charro. Pero fue goleada. Y luego un empate ante Dálmine que tuvo sabor a derrota, se ganaba, no lo liquidó y se lo empataron en una falla de su arquero.

Otro pleno de Biggeri: Luego de ese partido, se juntó con Rossi y le aseguró que era su arquero titular (antes de su llegada tuvo minutos Taborda también).  El pibe, del club, lleno de confianza, pagó bien. Al empezar la segunda rueda, Chacarita venía a siete puntos del líder y la preocupación era mantener el puesto en el Reducido. Pero todo cambió de forma espectacular.

Tres a cero a Español, el inolvidable gol de Zapata a los Bohemios, la enorme victoria en Suárez con esa contra mientras el local estaba jugado buscando el 1 a 1, un triunfo de vuelta medio deslucido ante Colegiales. Y ahí el partido inesperado que auguraba frustración: Un 1 a 1 en Campana ante el débil Fénix. De todos modos, Estudiantes en Caseros perdía puntos y esto en un momento hizo a varios iluminados sacar la cuenta: ¨Si Chaca gana todos sus puntos, asciende¨.

Pudo con el Pincha, nada menos, en Caseros, 4 a 1. Siguió con Brown, otro 4 a 1 en San Martín, pasó Merlo con un 4 a 0 en Armenio y la cuenta seguía a rajatabla, quedando dos partidos. Y esto es historia fresca. Los dos puntos que le quitó Almirante en San Martín en el partido que se jugó en dos tandas, pero a su vez la devolución de la Fragata al igualarle al Pincha en el histórico 5 a 5. Y ahora esto, la multitud, los 3 sectores repletos, la locura en Villa Maipú, el gol de Estudiantes, la angustia y nervios contenidos, la roja en Dálmine, y el cabezazo de Manso. Sí, del chiquitito, pero daba lo mismo si lo hacía Rossi; Paredes, Racca, Rocaniere o Morales; Melivilo, Mellado, Zapata, Rosso; el mismo Manso o Bordacahar. O Taborda, o Gay, o Matías Rodríguez, o el chino Guanca, o Altamirano...o los que omitimos en medio de las emociones generadas por la tarde. El gol fue de todo un equipo, el que no fue puntero nunca en soledad, salvo la última fecha, mirá que pequeño detalle. Y San Martín lo agradece.