UNIÓN (Villa Krause): Su comienzo fue demoledor. En ventaja desde los 25 segundos, gracias a un gran remate de Hernán Muñoz, a través de la media distancia, desplegó un fútbol tan intenso como vistoso. De esa manera, amplió la diferencia a los tres minutos, cuando Alfredo Molina -muy aplaudido al salir- habilitó a Ezequiel Gaviglia, cuya definición fue muy buena. Sin embargo, poco a poco empezó a apagarse la producción colectiva, debido a que la visita ajustó marcas. El descuento derribó cualquier chance de goleada. Los dirigidos por Raúl Antuña perdieron la iniciativa durante varios momentos, pero estuvieron más cerca del tercero -amén de que terminaron jugando con el reloj- que el elenco bonaerense de llegar a una igualdad.

INDEPENDIENTE (Chivilcoy): Cuando era imposible hacer un análisis profundo, estaba dos goles abajo. Más allá de haber concedido facilidades atrás en el segundo festejo local, el castigo resultaba excesivo. Lejos de derrumbarse anímicamente, acusó el golpe de la mejor manera. Con empeño, actitud, garra y marcas recortándole espacios al dueño de casa, equiparó el desarrollo. Generó algunas llegadas hasta achicar el marcador, algo que lo puso en partido. El equipo de Chivilcoy se permitió la ilusión de alcanzar un 2-2. Tuvo posibilidades, aunque la realidad indica que apeló en exceso a los centros y simplificó la tarea rival por la expulsión de Manuel García Olmos.

EL PANTALLAZO