QUE HICIERON
ALL BOYS: Flojo en todas las líneas. Careció de precisión cuando quiso desarrollar un juego asociado. Dependió excesivamente de alguna inspiración eventual de sus piezas ofensivas, cuyo labor fue completamente insuficiente. Si bien es cierto que el primer tanto sufrido ocurrió en un contexto de paridad, el panorama se fue oscureciendo para el conjunto de Floresta. La pelota parada no tuvo éxito, mientras que los centros simplificaron la ecuación para la defensa visitante. Para colmo, Emmanuel Perea recibió una roja por juego brusco, acortándole posibilidades al Albo. Aun así, el dueño de casa buscó por inercia, pero sobre la hora acusó el golpe de nocaut. La vuelta de José Romero es la esperanza para torcer un presente alarmante.

INSTITUTO: Tras caer como local frente a Patronato, La Gloria se levantó en Buenos Aires. A través de un libreto tan práctico como sencillo, apostando al orden para salir rápido de contragolpe y lastimar, el equipo cordobés se llevó los tres puntos. Pablo Magnín fue clave, debido a que abrió la cuenta, después de una excelente asistencia de Jonathan Bauman, y a pocos segundos del cierre envió un centro preciso para que Mateo García, de ingreso muy acertado, pusiera el 2-0 definitivo. Mención aparte para el volante Maximiliano Correa, inteligente para marcar, distribuir e incluso llegar por sorpresa al área. Abajo, Instituto estuvo firme. Y cuando falló, como por ejemplo en un cabezazo hacia atrás muy riesgoso del uruguayo Sergio Rodríguez, Lucas Hoyos respondió. El arquero ahogó lo poco que generó All Boys. La visita exhibió un funcionamiento colectivo equilibrado, por eso fue lógico que consiguiera el triunfo.