LA CLAVE: La insistencia desordenada de Boca y la tenencia casi exclusiva de la pelota, fueron argumentos para entender que el Xeneixe debía ganar este partido, aún cuando le costó una enormidad plasmarlo en la red.

Boca Juniors: En una decisión inesperada, Arruabarrena puso a los titulares, como una suerte de marcarle la cancha a jugadores que estuvieron en la derrota del domingo y no ahora. Los problemas ofensivos del azul y oro se volvieron a ver como pasó ante Chicago, en la trilogía ante River, o ante Aldosivi. Solo dependió de algunas proyecciones de Carrizo en el PT y de la jerarquía de Daniel Osvaldo, torcido para el arco pero con mucha actividad y ganas. Con la entrada de Lodeiro palió el escaso aporte por afuera de otros jugadores, y lo terminó ganando porque simplemente tenía que ser así. Cumplió el trámite de pasar, con un costo mayor del pensado.