Por Fernando Prieto  (@ferprietoeof)

La Copa Argentina le vuelve a dar la posibilidad a los más chicos de tener su tarde o noche soñada. Porque más allá del resultado, jugadores que reparten su tiempo entre el fútbol y el trabajo, tienen la posibilidad única de verse cara a cara con los profesionales a los que sólo admiran por televisión, o desde una tribuna.

El año pasado todos aguantamos abajo del arco junto a los muchachos de Alianza Moldes, que en los penales no pudieron con Independiente y no fueron pocos los que se emocionaron con las palabras de Andrés Podlesch, de Liniers (Bahía Blanca), tras la dignísima derrota con el River multicampeón. Ahora es el turno de otros, que tendrán el mismo entusiasmo y la misma emoción de enfrentarse a un grande, y por qué no, de pegar el gran batacazo.

Se repetirán los cruces que sólo se pueden dar en los sueños de los más humildes: River - Sportivo Rivadavia (Venado Tuerto), San Lorenzo - Unión (Sunchales), Lanús - San Martín (Formosa), Newell´s - Sansinena (General Cerri) y Boca Juniors - Güemes (Santiago del Estero), por nombrar no sólo a los que más lejos están, sino también a lo que jamás se vieron las caras oficialmente. En el caso de Boca y Güemes, compartieron Liguilla Pre Libertadores, pero no se llegaron a cruzar.

Después, hay quienes se volverán a ver las caras luego de años, décadas incluso. Tal es el caso de Racing - Gimnasia y Tiro (Salta), que no se enfrentan desde el Clausura 1998; San Telmo - Independiente, que registran su último enfrentamiento en 1976 (dos victorias para el Rojo); Huracán - Central Córdoba (Rosario), cuando en el 2000 el Charrúa venció 1-0 al Globo, por la B Nacional; y por último, Vélez - Sportivo Barracas, que registran el último enfrentamiento en 1930, con un 1-1 con el Fortín haciendo las veces de local.