Por Víctor Álvarez

LA CLAVE: En un partido que le fue muy favorable, River desperdició todas las chances que tuvo de liquidar el partido. El desenlace fue tan emotivo como justo: Estudiantes lo empató y el "Pity" de manera fortuita puso el 2-1. Paradojas del deporte más lindo del mundo.

QUE HICIERON
RIVER PLATE: Sin D´Alessandro, pero con un Andrade movedizo y vertical, fue imponiendo su juego con el correr de los minutos. Con buen despliegue del medio hacia arriba, llevó a Estudiantes contra su campo, pero le faltaba la puntada final, hasta que un remate de media distancia de "Nacho" Fernández puso el merecido 1-0. La ventaja no amilanó al Millonario, que quizás haya mostrado su mejor cara en el segundo tiempo. Porque con un Alario intratable en el área (impreciso para definir), coqueteó con el segundo gol constantemente. Erró goles para todos los gustos. Hasta el ingresado Mora tuvo ocasiones claras, que también desperdició. Cuando poco había sufrido en su arco, llegó el empate. Y en el último tiro libre, Gonzalo Martínez, impreciso en todos los envíos ejecutados a lo largo de la noche, convirtió en gol un centro mal tirado para que River vuelva a respirar. Ahora, se cruzará con el ganador de Arsenal y Defensores de Belgrano.

SPORTIVO ESTUDIANTES: Estuvo lejos y cerca a la vez. Lejos en el juego. Porque más allá del ímpetu inicial, nunca pudo hacerle real fuerza a los de Gallardo. No tuvo la intención de meterse atrás, pero de a poco fue retrocediendo y cediendo todo el protagonismo. Opciones tuvo pocas, casi todas por la vía aérea. Como pudo -más por impericia de River que por mérito propio- sostuvo el 1-0 sabiendo que alguna iba a tener. Y a los 43´ del complemento llegó su oportunidad: Mosset aprovechó una serie de rebotes y puso el milagroso 1-1. Parecía que iba a los penales, donde anímicamente llegaba mucho mejor. Pero toda la suerte le jugó en contra en ese tiro libre de Martínez, quedando muy cerca de dar un gran batacazo.