Cuando le anularon el gol a Leandro Becerra, los gestos de los plateístas eran muy claros: el puño de una mano contra la palma de la otra, en clara alusión que Lamolina estaba comprado. Cuando convirtió el gol Fydriszewski (según los plateístas) se escuchó que dos dirigentes festejaron la conquista. Automáticamente empezaron los insultos y las agresiones a los vidrios del palco dirigencial, con latas de cerveza y gaseosa, llegando la policía a los 3' de comenzadas las agresiones para ponerse como escudo de los dirigentes visitantes. Las fotos en los distintos medios de prensa son más que elocuentes. Por suerte, no hubo que lamentar heridos y todo quedó en anécdota, aunque el presidente de Argentino iniciará una denuncia contra su par de Centra Córdoba, Omar Pece por el trato recibido en su estadio.